La idea no es nuestra, pero ya la hemos probado y va bastante bien. Funciona tanto en dulce como en salado, tomando como base uno de los dulces más típicos del obrador, el famoso y televisivo cipotito maleno. En el fondo es un cono hojaldrado, por lo que si usamos una pintura comestible color naranja, a la que ayuda el dorado de la masa, obtenemos unas chulas zanahorias. Podemos rellenarlas de algún queso tipo filadelfia o mascarpone.
El dulce inicialmente se rellena de crema pastelera y mi padre lo lleva elaborando desde hace 60 años. Su nombre es un tanto particular. Cipote es una palabra muy cordobesa usada como interjección o para referirse al pene. Ya Don Camilo José Cela la inmortalizó en su famosa obra «el cipote de Archidona».